Signos para descubrir las mentiras


Según la literatura popular y más conocida, estas son las señales no verbales que se suelen hacer en la mentira. 

 

Recuerda que se deben evaluar en un contexto. De todas formas, más adelante veremos qué dice la investigación sobre nuestra capacidad para detectar mentiras y pillar a los mentirosos. 

 

1-Lenguaje no verbal y paraverbal 

 

-Microexpresiones: son expresiones faciales que muestran las personas y que son casi imperceptibles ya que aparecen en una fracción de segundo. Algunas personas pueden detectarlas aunque la mayoría no. En una persona que miente, la microexpresión sería una emoción de estrés, caracterizada por las cejas hacia arriba y provocando líneas de expresión en la frente. 

 

-Asentimiento o negación: si la cabeza asiente o niega en oposición a lo que es dicho, puede ser un signo de contradicción.  

-Tocarse la nariz y taparse la boca: según esta señal, la gente tendería a taparse la boca y tocarse la nariz mientras mienten. Se podría deber a un aumento de adrenalina en los capilares de la nariz. Por otra parte, poner las manos cerca de la boca tendría el objetivo de cubrir las mentiras. 

 

-Movimiento de los ojos: se supone que se puede saber, a partir del movimiento de los ojos, si una persona esta recordando o inventando algo. Cuando las personas recuerdan detalles, sus ojos se moverían hacia arriba y hacia la izquierda si son diestros. Cuando inventan algo, sus ojos se moverían hacia arriba y la derecha. Lo contrario serviría para los zurdos.  

 

-Poco contacto visual: en realidad, al contrario que la creencia popular afirma, un mentiroso no siempre evita el contacto ocular. El ser humano evita el contacto ocular y mira hacia objetos de forma natural para centrarse y recordar. De hecho, se ha demostrado que algunos mentirosos tienden a incrementar el nivel de contacto ocular porque siempre se ha considerado un signo de sinceridad.  

-Inquietud: es cuando una persona busca algo alrededor suya algo o su cuerpo se mueve de forma inquieta. Se supone que al decir una mentira, se produciría ansiedad que sería liberada con movimientos físicos, tocar de forma compulsiva una parte del cuerpo, etc. Se trata de observar si el comportamiento es diferente a como normalmente se comporta la persona.

 

-Hablar despacio: al contar una mentira, la persona podría hacer pausas mientras habla para encontrar qué decir.  

 

-Movimiento de partes del cuerpo: brazos, manos y piernas. En una situación cómoda las personas tienden a ocupar espacio extendiendo sus brazos y piernas. En una persona que miente, su posición se mantendría cerrada; las manos tocarían su cara, orejas o la parte trasera del cuello. Brazos y piernas cerradas y falta de movimientos puede ser un signo de no querer dar información. 

 

 2-Emociones y fisiología 

 

-Sudor: parece que la gente tiende a sudar más cuando miente. De hecho, medir la sudoración es una de las formas en que el polígrafo determina una mentira. Como los anteriores, individualmente no puede ser un indicador fiable. Algunas personas pueden sudar más porque son más nerviosas, introvertidas o tener otra condición física.  

 

-Falsear emociones: cuando una persona miente trata de mostrar una emoción que en realidad no siente. Podría tratar de mostrar una sonrisa cuando se siente ansioso. 

-Garganta: puede que una persona que mienta trague constantemente.  

-Respiración: un mentiroso tiende a respirar de forma más rápida. La boca podría parecer seca porque se sufre estrés el cual provoca que el corazón lata rápidamente y los pulmones demanden más aire. 

 

-La emoción y lo que dice la persona no son simultáneos: por ejemplo, alguien dice “me encanta” al recibir un regalo y más tarde sonríe, en lugar de sonreír al mismo tiempo que afirma que le encanta. 

 

-La expresión se limita a la boca: cuando alguien falsea emociones (felicidad, sorpresa, tristeza…) mueve solo la boca en lugar de la cara entera: mandíbula, ojos y frente. 

 

 

3-Contenido del mensaje 

 

-Demasiados detalles: cuando le preguntas a alguien algo y responde con demasiados detalles, podría significar que han pensado demasiado en como van a salir de la situación y formaron una respuesta complicada como solución. Trataría de dar más detalles para parecer más creíble. 

 

-Inconsistencias en la historia: si la persona miente, la historia podría cambiar cada vez que sale en un tema de conversación. Se podría olvidar algo, añadir algo nuevo o eliminar algo que antes se mencionó.

 

-Evitar la mentira: en lugar de hacer afirmaciones directas, responden a una pregunta dando”rodeos”. Por ejemplo si le preguntas “¿Golpeaste a tu mujer?”, podría responder “Amo a mi mujer, por qué haría eso? 

 

-Usar tus palabras para responder a una pregunta: a la pregunta “¿Comiste en tu casa? El mentiroso podría decir, “No, no comí en mi casa”. 

 

 

4-Interacción y reacciones 

 

-Un mentiroso se siente incómodo al estar cara a cara con la persona que le pregunta y podría volver su cuerpo hacia otra dirección. 

 

-Puede que un mentiroso coloque de forma inconsciente cosas entre si mismo y su interlocutor. 

 

-Una persona que se siente culpable se pondrá a la defensiva. La persona inocente a menudo irá a la ofensiva. 

 

 

5-Otros signos 

 

-Establece una línea base de como se comporta normalmente la persona. Si se sale de ella, sabrás que algo se sale de la normalidad. 

 

-Si crees que alguien miente, cambia de forma inesperada el tema de conversación y observa. Puede que si la persona mentía se sienta más relajada. Una persona que miente quiere cambiar de tema; una persona inocente se podría sentir confusa con un cambio rápido de conversación y podría comentar algo respecto a ello o querer volver al tema anterior. 

 

La realidad sobre la detección de mentiras 

 

Según la investigación, parece que al tratar de saber si una persona miente fijándonos en su lenguaje no verbal paraverbalno solemos acertar. Según Leanne ten Brinke, un Psicólogo de la Universidad de California, cuyo trabajo se centra en detectar el engaño, “La literatura empírica no apoya todos esos argumentos populares”. 

 

Esta falta de coincidencia entre la concepción popular de un mentiroso y la realidad, apoya que realmente, y a pesar de nuestra confianza en detectar mentiras, no tenemos tanta habilidad para decir cuando una persona miente. 

 

El Psicólogo Paul Ekman, profesor emérito en la Universidad de San Francisco, ha pasado más de medio siglo estudiando las expresiones no verbales de emoción y engaño. A través de los años, ha tenido más de 15000 sujetos que han observado vídeos de personas mintiendo o diciendo la verdad sobre diversos temas. Confirmó que la tasa de éxito en identificar la honestidad ha sido un 15% en todos esos sujetos. 

 

Sin embargo, Ekman encontró que una característica particular podría ser útil. Se trata de las microexpresiones (comentadas en el punto anterior); movimientos faciales casi imperceptibles que duran milésimas de segundo y que son extremadamente difíciles de controlar conscientemente. El problema esta en que son demasiado complejas de detectar y de los 15000 sujetos solo 50 personas pudieron identificarlas.

 

Somos buenos inconscientemente y malos conscientemente 

Para ten Brinke, uno de los expertos mundiales en el engaño, algo a cerca de la literatura actual de la mentira no tiene sentido. ¿Por qué seríamos tan malos en algo que es tan necesario? Si las señales de engaño tomasen tanto tiempo y energía en aprenderse, no serían de mucha ayuda.  

 

Quizás no somos tan malos en detectar mentiras. Puede ser que los investigadores se han estado haciendo la pregunta incorrecta. Puede que no importe tanto la detección consciente de la mentira, sino la habilidad de percibir inconscientemente 

En una serie de estudios de la revista Ciencia Psicológica, un equipo investigador de la Universidad de Berkeley, tuvo a estudiantes viendo vídeos de posibles criminales a los que se les preguntaba si habían robado 100 dolares. 

El sospechoso respondía a unas preguntas aleatorias (“¿Qué ropa usas?, ¿Qué tiempo hace?) y a preguntas clave (“¿Robaste el dinero?, “¿Estas mintiendo?”). La mitad de los sospechosos mintieron y la otra mitad dijo la verdad. Cada participante vio un vídeo de una verdad y otro de una mentira. 

A continuación, los estudiantes completaron una simple evaluación: ¿Quiénes dicen la verdad? Como en estudios anteriores, muy pocos participantes acertaron. 

 

Sin embargo, los participantes realizaron dos tareas de detección inconsciente de la mentira. En cada tarea, vieron fotos de dos sospechosos junto a palabras relacionadas con la verdad o la mentira. 

El objetivo era que los participantes categorizaran las palabras como indicativas de verdad o mentira, tan rápido como les fuera posible, independientemente de la foto del sospechoso que veían junto a ella. 

Ejemplo: se le muestra a un sujeto una foto de un sospechoso y en ese momento aparece en pantalla una palabra, como “sincero”. En ese momento, el participante debe apretar un botón para clasificar esa palabra en la categoría de verdad o mentira. 

 

Tras esto, los investigadores observaron que de esta forma inconsciente los participantes obtenían mejores resultados. Eran más rápidos en categorizar las palabras relacionadas con verdad o mentira cuando eran presentadas con fotos de sospechosos que decían la verdad o mentira respectivamente. 

 

Ver una cara de un mentiroso hizo que los participantes clasificaran más rápidamente palabras relacionadas con la mentira en la categoría de “mentira” y al contrario; clasificaban más rápidamente las palabras relacionadas con la verdad en la categoría de “verdad”. 

 

Según Brinke; “Cuando ves la cara de un mentiroso el concepto de engaño se activa en tu mente incluso si no eres consciente de ello. Aún no esta claro qué porcentaje de mentiras puede detectar la mente inconsciente, pero definitivamente ocurre este hecho”. 

 

Por otra parte, el investigafor André Reinhard de la Universidad de Manheim encontró que los participantes de su estudio eran más exactos al detectar una mentira cuando se les impedían pensar de forma consciente. Afirma que inconscientemente el cerebro tiene tiempo para integrar las señales que la mente consciente no puede percibir. 

 

“Puedes engañar a todos por un tiempo, pero no puedes engañar a todos , todo el tiempo”.

 

Alberto Rubin Martin
Licenciado en Psicología y Máster en RRHH.

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