Reputación Vs. Carácter

 

“Preocúpate más por tu carácter que por tu reputación. Tu carácter es lo que realmente eres, mientras que tu reputación es solo lo que los otros creen que tú eres.”

(Dale Carnegie)

 

A menudo nos encontramos con que en el proceso de la superación personal le damos una extremada importancia a que se note nuestro “cambio”. Pero este cambio ¿debe en verdad reflejarse en lo que los demás vean o piensen de ti?

 

Sin duda lo que los otros piensan de ti siempre traerá buenas o malas señales a tu vida, pero si nos ponemos a realizar un estudio sobre la valoración que los demás deben ejercer todo el tiempo sobre nosotros, entonces sólo estamos dejando de lado a nuestra propia superación y más bien estamos evaluando la reputación que estamos dejando todo el tiempo en los otros.

 

El éxito en estas circunstancias tiene que ver con saber discernir entre tener un buen carácter y tener una buena reputación, estos aspectos son claves en nuestro camino al éxito, pues es la esencia misma la que importa, ya que con un carácter noble no va existir reputación alguna que derrumbe o marchite todo lo que realmente eres. La reputación además es un espejo borroso que suele aumentar tanto nuestros defectos como nuestras virtudes.

 

Se trata solamente de lo que proyectamos y a pesar de ser una aproximación a la realidad, es más bien una consecuencia en el camino al éxito, no viene a proponernos un papel de guía sino va tras nuestros pasos como la sombra; aunque los demás miren tu reflejo en la reputación jamás descubrirán lo que realmente eres.

 

Tener en cuenta entonces que nuestra reputación es un efecto en el camino de la superación que trae consigo una propuesta más valiosa: trabajar con tu carácter, siempre teniendo en cuenta de que es la base misma de todo lo que nos construya como seres llenos de virtudes, valores y a su vez que te encamina en la meta al éxito.

 

Es por ello que al reflejar tu personalidad en un buen carácter, va a tener como soporte a tu reputación, para esto es indispensable la condición del mejoramiento constante de un carácter que refleje este aspecto tan valioso de ti mismo antes que limitarse únicamente a fijarse que los demás piensen o desestimen de tu esencia misma.

 

Preocuparse entonces por tener un carácter digno de una buena reputación, es dejar de lado trabajar con los demás y más bien preocuparte por los pasos que tu mismo darás. El tener un buen carácter se trata de proceder siempre buscando un buen fin en todo lo que decidas hacer, se trata de la actitud con la que conlleves todos tus problemas o victorias, tanto en tu vida, en tu realidad, en tu propio contexto y el modo en que procedas con los demás.

 

Acuérdate que no todo tiene que ver solamente con los momentos alegres sino también aprender de las dificultades en cada paso que des, del mismo modo aunque tenemos actitudes innatas, todos tenemos la facultad de modelar nuestro carácter en sintonía con lo que nazca dentro de cada uno de nosotros, y saber adaptar nuestra conducta en cada situación que se te cruce por la vida, implica ser valientes, defender lo que más te represente y sea bueno a tu alrededor.

 

Esta puja constante entre cuidar y saber valorar un buen carácter o una buena reputación no tiene mucha ciencia, pues como sabemos no solo se trata de crecer como persona ante los demás sino sobre todo ante ti mismo.

 

En definitiva camina con rectitud, firmeza, positivo(a), haz lo correcto en todo momento con la frente en alto y la buena reputación vendrá sola.

 

Éxito

 

Jesús Malave

 

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