Algunas consideraciones sobre el castigo

1. Debe utilizarse de manera racional y sistemática para hacer mejorar la conducta del niño. No debe depender de nuestro estado de ánimo, sino de la conducta emitida.

 

2. Al aplicar el castigo no lo hagamos regañando o gritando, porque esto indica que nuestra actitud es vengativa y con frecuencia refuerza las conductas inaceptables.

 

3. No debemos aceptar excusas o promesas por parte del niño.

 

4. Hay que dar al niño una advertencia o señal antes de que se le aplique el castigo.

 

5. El tipo de castigo y el modo de presentarlo debe evitar el fomento de respuestas emocionales fuertes en el niño castigado.

 

6. Cuando el castigo consista en una negación debe hacerse desde el principio de forma firme y definitiva.

 

7. Hay que combinar el castigo con reforzamiento de conductas alternativas que ayudarán al niño a distinguir las conductas aceptables ante una situación determinada.

 

8. No hay que esperar a que el niño emita toda la cadena de conductas agresivas  para aplicar el castigo, debe hacerse al principio.

 

9. Cuando el niño es mayor, conviene utilizar el castigo en el contexto de un contrato conductual, puesto que ello ayuda a que desarrolle habilidades de autocontrol.

 

10. Es conveniente que la aplicación del castigo requiera poco tiempo, energía y molestias por parte del adulto que lo aplique.