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LA FAMILIA: “Una parte fundamental del cambio”

La familia no es hoy día lo que solía ser, de hecho casi podría decirse que el concepto de familia y ella misma, tiende a deteriorarse, hasta desaparecer en muchas ocasiones. Su importancia, va directamente de la mano con la construcción de la sociedad, con la evolución humana; por ello debemos ser consientes de sus cambios, de sus avances a través de la historia y de las necesidades que nuestra humanidad tiene en el tiempo presente, así como de las consecuencias que cada acción tiene hacia el futuro.

 

Al hablar sobre familia, debemos entender que como sistema social, es la principal reproductora de la sociedad, tiene implicaciones claves en su conservación y renovación, tiene la gran responsabilidad de formar hombres y mujeres de bien, como individuos que hacen parte de una sociedad, un compromiso que recae en todas las familias, en papá y mamá, en todos los miembros que la componen.

Vale la pena entonces preguntarnos: ¿Y cómo se supone que está la sociedad en estos momentos?

 

Pues para dar respuesta a tal pregunta no hacen falta extensos estudios, basta con echar un vistazo a nuestro alrededor, lo vemos en las noticias, en las calles, en los comentarios de la gente, incluso muchas veces lo vemos en nuestros mismos hogares. La sociedad ha asumido su estado actual con tal naturalidad, que hoy se hace común ver que sucedan cosas como el abuso sexual infantil, los asesinatos, las masacres, la injusticia social, tanta gente muriendo de hambre, los crímenes de género y de guerra; y así seguiríamos nombrando numerosos crímenes y barbaries que caracterizan a nuestra sociedad, muchos han perdido la capacidad de sorprenderse frente a estos hechos y lo asumen como el pan diario, lo mastican, lo digieren y continúan con su vida; así han pasado muchos años y al caer en cuenta, vemos que las cosas van muy lejos y la dimensión del problema que ha tomado la realidad de nuestra sociedad, es inmensurable.

 

Al mirar cada día en los ojos de nuestros niños, niñas y jóvenes, vemos no solamente una pequeña parte de nuestra sociedad, sino además, su reflejo mismo, en ellos está escrita toda la historia de la humanidad, son el resultado de todo lo que ha pasado a través de los tiempos, y de la misma forma, son la imagen viva de cómo pinta el futuro, de lo que será de nuestra especie, de la tierra que nos vio nacer y de las demás especies con las que cohabitamos este planeta, un planeta que también se ha visto afectado por las acciones de nuestros antepasados y de nosotros mismos, el mismo que se resiente y por consecuencia natural, reacciona ocasionando las catastróficas escenas de las que tantos hoy día, son víctimas.

 

En contacto con esos hijos de nuestra era, aquellos seres, niños, niñas y jóvenes en formación, se pueden evidenciar una gran variedad de problemáticas que muchas veces aquejan su desarrollo, están expuestos y son vulnerables ante factores de riesgo social como el consumo de sustancias psicoactivas, el afrontamiento de su desconocida sexualidad en un medio acosado por la doble moral, todas las difíciles circunstancias que implica la adolescencia, la incomprensión, la falta de amor a sí mismo y el saber asumir los asuntos sentimentales propios de la edad; todas las innumerables cosas que abundan a nuestro alrededor. Sin embargo son muchos más los factores internos, al interior de la familia, los que sin lugar a dudas, afligen a nuestra niñez y juventud; es de notar fácilmente, como la violencia intrafamiliar hace de las suyas , una violencia que no solamente se hace física, sino que también verbal y por ende psicológica, una realidad que afecta a cada miembro de la familia, incluso al perro que bajo la mesa, bate su cola y mira extrañado; pero en especial y más aun, se afecta aquel niño que todo lo mira, que todo lo sabe, que todo lo absorbe, que todo lo capta e incluso lo calla, procesando lo recibido de muchas formas, dependiendo de las circunstancias; y así como ésta, vienen entonces otras tantas dificultades, y para nombrar solo algunas, aquellas que más se perciben, empezaría por señalar, los duelos de los hijos al no saber asumir fácilmente la separación de sus padres, la falta de comunicación, el mal trato y ambiente familiar, las inadecuadas pautas de crianza, las ausencias paternas, la falta de compromiso de parte de padres y madres con los procesos de formación de sus hijos, y así, muchos más problemas familiares que incurren inevitablemente en ellos, en su forma de ver y asumir la vida, incidiendo notablemente también, en aspectos personales, en los que se involucra la baja autoestima, los comportamientos inadecuados que incluyen la indisciplina, las agresiones físicas y verbales desde muy niños, las malas palabras, la rebeldía adolescente, las malas compañías, el deterioro de un proyecto de vida y así sucesivamente, una cadena de acontecimientos que sumados conforman el trayecto directo a la respuesta más cercana de la pregunta que nos plateábamos.

 

Ante la realidad expuesta, lo primero que hay que reconocer es la importancia de la familia como parte fundamental de un cambio que tanto necesita nuestra sociedad, lo segundo, ser realmente conscientes de ello; un cambio que procede desde la educación misma, en ayudar a los hijos a descubrir los bienes trascendentes, la importancia de los valores humanos; iniciarlos en el sentido del dolor y del sufrimiento, ayudándoles a que estén preparados para enfrentar la vida, la realidad, asumiéndola con valentía y levantándose tras cada caída; iniciarlos en el sentido del trabajo, para que valoren el esfuerzo con el que se consiguen las cosas, para que sean capaces de desarrollar un sentido de independencia y de acción; iniciarlos también en el sentido del amor y la solidaridad, para hacerles personas con un sentido de colaboración hacia el prójimo, para inspirar en ellos la forma de quererse y respetarse como son, y para también así, hacer que respeten y amen a los demás seres tal y como son.

 

Bien, pues, como nos podemos dar cuanta, uno de los proyectos más importantes y de mayor responsabilidad en la vida del ser humano que decide asumirlo, es precisamente, la construcción, el mantenimiento, y la consolidación total del núcleo familiar, que sea capaz de dar vida a los individuos que conforman la sociedad, brindándoles un ambiente sano para su desarrollo y consecución de las metas personales, familiares, sociales y ¿por qué no?, Universales!

 

Hoy es justamente el momento para empezar, ahora mismo, sin más demoras, sin más dudas, sin más palabras… empecemos por abrir nuestra mente y nuestros corazones, para aprender a comunicarnos realmente, para permitirnos tiempo con nuestro seres queridos, para no lamentar lo que pudo haber sido, para abrazar con todo el amor que nos llena a ese hijo, a esa hija a ese esposo o esposa, a ese hermano o hermana, a ese padre y esa madre, a cada uno de los miembros que constituyen el ambiente familiar y del cual hacemos parte, dejemos de lado el pasado, construyamos el futuro, hagámoslo cambiando el presente y permitamos que el cambio que nuestra sociedad requiere, empiece por la familia de cada uno y no esperemos a que otro tome la iniciativa , hazlo por aquello de donde provienes, tu sangre, tu familia.

 

Ps. Juan Pablo D.

 

 

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Comentarios: 3
  • #1

    Juan Carlos García (jueves, 02 diciembre 2010 21:17)

    Yo doy respuesta a tu pregunta: ¿Y cómo se supone que está la sociedad en estos momentos?, DETERIORADA, esa es la mejor respuesta, decir que los tiempos van cambiando, es muy interesante porque nos damos cuenta que estamos avanzando en muchos aspectos, pero desafortunadamente vemos que a medida que el mundo cambia y avanza en aspetos como la tecnologia, la sociedad, la comunidad, la familia y las personas como tal se deterioran, cada dia mas nos vemos inmersos en un mundo vacio, en el cual perdemos valores y buenas costumbres, nos dedicamos a vivir el ahora sin pensar en el futuro.

  • #2

    ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA INTEGRAL (viernes, 03 diciembre 2010 11:03)

    Así es Juan Carlos, la sociedad y el sistema nos ha llevado a olvidarnos de las cosas realmente fundamentales en nuestras vidas, no podemos permitir que ese "avance" de la vida, deteriore todo a su paso, sin que nosotros no hagamos nada, hasta llegar a perder lo poco que aun tenemos.

    Ps. Juan Pablo D.

  • #3

    Adriana Díaz Páez (miércoles, 30 abril 2014 11:32)

    Muy buen articulo, y estoy de acuerdo con el comentario de Juan Carlos, pero no podemos permitir que el sistema contamine del todo nuestra sociedad ni a nuestras familias, debemos ser lideres para rescatar los valores que aun podemos usar para salvar nuestros seres queridos, nuestras familias y la misma sociedad.